jueves, 24 de noviembre de 2011

Sant Fost 1-1 Santa Eulàlia de Ronçana: “SANT FOST, DE VUELTA A LAS ANDADAS”

SÁBADO 12 DE NOVIEMBRE DE 2011

“SANT FOST, DE VUELTA A LAS ANDADAS”

Ya llevábamos unos partidos alejados de la típica imagen del Sant Fost, la imagen que ha dado el equipo toda la vida, des de que lo conozco, a excepción del año que ganamos la liga y un par de temporadas más. Pero Santa Eulalia nos hizo recordar estos tiempos de antaño, estos tiempos en los que gozábamos del fútbol por encima de lo que hiciéramos dentro del campo: ahora nuestro disfrute se alimenta fundamentalmente de los resultados (no es cuestión de ganar siempre, sino de jugar de una determinada manera con regularidad).
Personalmente, volví al lugar en el que acostumbré a ser asiduo la temporada pasada (y la anterior y la anterior…): el banquillo. Estaba claro que tras el nefasto partido que hice la semana anterior, necesitaba un toque de atención, y así fue. No os penséis, de todas formas, que pasara más tiempo fuera del campo que dentro en épocas pasadas, no; simplemente que, al ser chiquitito y peleón, siempre he tenido las características perfectas para ser un gran revulsivo (quizás mi técnica y calidad futbolística también han sido determinantes para no ser siempre titular). Realmente, nunca es agradable ver el partido medio metro fuera del campo, pero el entrenador decide, y personalmente me merecía esto.
El partido empezó de la mejor manera posible, en 5 minutos tuvimos 3 o 4 ocasiones muy manifiestas de gol, pero la suerte no nos acompañó, y en el minuto 6 de partido encajamos un gol totalmente evitable: vino precedido de una falta intranscendente e innecesaria, y acabó colándose en la red después de unos fallos de marcaje (otra vez gol a pelota parada, ya llevamos varios esta temporada y hay que mejorar muchísimo; esta semana en entreno nos tocará trabajar este tipo de jugadas).
Tras ese gol se acabó todo nuestro fútbol, hicimos un partido malo, nos faltaron ganas y sangre: perdimos los puntos porqué ellos iban a por todas, lucharon todas las pelotas, y nosotros no. Como todo el mundo del fútbol conoce y habrá oído miles de veces, “el fútbol es un deporte de hombres y hay que echarle un par de huevos”: sí, sí, esta fase prehistórica y troglodita describe claramente que nos faltó mucho valor y predisposición a jugar al fútbol, a pesar de ser un poco retrógrada. Uno de nuestros delanteros, el máximo goleador en lo que llevamos de temporada, se pasó más tiempo defendiendo y presionando en nuestro campo que atacando, ejemplo de que no todo el equipo estaba cumpliendo con su misión y que eso acaba perjudicando a todos. Por fin acabó la primera parte y por suerte solo perdíamos 0-1.
El descanso dio para mucho. Todos los integrantes de la banqueta estuvimos calentando y recibimos las últimas órdenes del míster y todas las fuerzas de los compañeros antes de empezar el segundo tiempo. Y en el vestuario nuestro entrenador debió darles una charla muy intensa, porque cuando volví al vestuario para preparar los últimos detalles (beber agua, animar a los compañeros, cumplir con mis pequeñas supersticiones…), me encontré un vestuario 100% concentrado; en todo el partido no habían estado así. Por fin parecíamos un equipo de verdad, más cuando antes de que el árbitro pitara el inicio nos juntamos los 11 jugadores y el entrenador y charlamos en medio del campo, nos animamos unos a otros e hicimos nuestro cántico de antes de los partidos. No nos sirvió de mucho: seguimos con la misma tónica de la primera parte.
En la segunda parte, es cierto, recuperamos mucho terreno perdido, presionamos más y mejor y no notamos en exceso la insaciable presión de ellos: nuestro gran estado de forma nos está ayudando muchísimo para sacar adelante los partidos. A pesar de todo esto, los delanteros rivales tuvieron la sentencia en varias ocasiones, pero fuimos nosotros quienes, tras una gran jugada, hicimos llegar el balón a la meta rival: 1 a 1 y final de partido (marcamos el empate a falta de 10 minutos para la conclusión del encuentro, y ya no ocurrió nada más interesante).
Las sensaciones no fueron nada buenas, pero por lo menos sacamos un meritorio empate a uno contra un gran rival como es Santa Eulàlia de Ronçana. Ahora hay que empezar a reflexionar si queremos seguir el tono de este partido o si queremos volver al ritmo de nuestros grandes partidos. Prefiero, sin duda, los grandes partidos, aunque ya hay muchas voces que dicen: “SANT FOST, DE VUELTA A LAS ANDADAS”.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Molletense 2-1 Sant Fost: ¿NO ÉRAMOS LOS REYES DEL MAMBO? ¡QUIZÁS NO!

SÁBADO 5 DE NOVIEMBRE DE 2011

¿NO ÉRAMOS LOS REYES DEL MAMBO? ¡QUIZÁS NO!
La temporada iba bien, mejor de lo que podríamos haber imaginado, a pesar de esa derrota tan dolorosa de Martorelles: íbamos terceros con 9 puntos de 12 posibles. Veníamos de jugar dos partidos espléndidos, nos llovieron miles de felicitaciones, pero nos pusimos (nosotros mismos) una presión innecesaria; nos pusimos la vitola de favoritos, aparte de las ansias de querer ganar el siguiente partido, ante la Molletense, “sin bajar del autocar”.
La semana fue muy buena, estábamos terceros en la clasificación por puntos, pero primeros por moral y felicidad. ¡Seguro! El problema es que había que ganar, y eso no es nada fácil, mucho menos ante el equipo y en el campo en el que teníamos que jugar. ¡LA MOLLETENSE! A más de uno, a todos los que hemos tenido el placer de jugar ahí, se le vendrá a la cabeza, seguro, la imagen de un partido duro, brusco y tosco. Lo que queda claro es que siempre son y han sido un equipo conflictivo, pero si, además de eso, lo combinan con buen juego y con un estado del terreno de juego deplorable, el optimismo disminuye con facilidad, mucho más cuando te encuentras enfrente una presión muy correosa, que rompe todo tu juego de toque y salida con balón desde atrás, contra la que no sabes cómo actuar.
Al  descanso llegamos con dos tantos por debajo, 2-0 para los locales y con el difícil reto de remontar el encuentro. En busca, como dirían muchos, de una idílica remontada (aunque después de remontar cuatro goles adversos la temporada pasada ante el Parets en 20 minutos y acabar consiguiendo un heroico 5-4, sabíamos que éramos capaces de sacar el partido adelante y salir vencedores), nos plantamos, des del primer minuto, en el área rival. Primera ocasión, la pelota rebotó en el palo después de un centro-chut de un compañero y, después de pasearse por encima de la línea de gol, salió hacia fuera. Empezamos fuertes, y cada vez fue a más, hasta que en el minuto 62 nos sacamos un gol de la nada: teníamos media hora en la que había que darlos todo, como poco, para empatar el partido. Aunque, todo sea dicho y no como excusa, el árbitro no ayudó al buen cumplimiento de las normas, y en general nos perjudicó a nosotros. Solo quiero destacar el penalti que nos señaló en contra poco después de que hubiéramos reducido las distancias en el marcador: el delantero rival cayó dentro del área y el colegiado señaló pena máxima, todo sin darse cuenta ni hacer caso a nuestra protestas; el defensa más cercano estaba a más de un metro de distancia y fue materialmente imposible que le hubiera hecho falta; el único comentario que se me pasa por la cabeza acerca de la actuación arbitral, específicamente sobre esta acción, es que debió ser un gran fan del surrealismo abstracto; todo queda dicho. Por suerte nuestro portero nos salvó los muebles y se paró el penalti: fue un auténtico paradón de un penalti realmente muy bien lanzado. Poco a poco se iban acercando los minutos finales de partido, y, en busca de tan ansiado, nuestro entrenador decidió apostar por una defensa de 3, una media de 3, y 4 delanteros delante: fue muy arriesgado, pero no teníamos nada que perder y un puntito que ganar; lo intentamos de todas las manera pero no pudo ser y el gol no llegó.
A pesar de una segunda parte de fútbol muy ofensivo y de gran juego de toque, nuestros dos grandes errores defensivos de la primera parte nos decidieron el partido. También es cierto que muchos se daban por los próximos campeones de liga, y yo me sigo preguntando ¿NO ÉRAMOS LOS REYES DEL MAMBO? ¡QUIZÁS NO!

Sant Fost 7-1 Sentmenat: SI ESTOY SOÑANDO, POR FAVOR, ¡NO ME DESPIERTEN!

SÁBADO 29 DE OCTUBRE DE 2011

SI ESTOY SOÑANDO, POR FAVOR, ¡NO ME DESPIERTEN!

Veníamos  de una semana muy buena, ganar de la manera que lo habíamos hecho te da todo lo necesario para disfrutar de los entrenamientos de la semana. Y a eso nos dedicamos, a trabajar, trabajar y más trabajar con una sonrisa entre los labios. Nos lo habíamos ganado, habíamos demostrado tener el poder de ser los mejores y, a la vez, en otros partidos una panda de “coleguillas de barrio” jugando en el patio del colegio. Esta vez habíamos cambiado hacia mejor, habíamos progresado y nos habíamos reencontrado con el gran fútbol (incluso superándolo) que la temporada pasada acostumbramos a mostrar en las segundas partes (sobretodo, a final de las segundas partes).
No fue un partido fácil, nos presionaron muy arriba y nos costó salir con el balón jugado, pero poco a poco se fue ajustando todo a su medida: empezamos a hacer un gran juego de posesión combinado con rápidas internadas al área rival, con la consiguiente de los siete goles marcados, y ellos dejaron de presionar tanto debido al gran esfuerzo físico que sufrieron para intentar contrarrestarnos; no lo consiguieron.
El partido terminó, igual que en el único partido de la temporada en nuestro campo hasta entonces, 7-1 con victoria nuestra, el Sant Fost, sobre el Sentmenat. Uno de los tantos aspectos positivos del partido fue la repartición de goles, se marcaron 7 goles entre 5 jugadores, de manera que callamos tantísimas bocas que decían que solo teníamos un goleador en el equipo.
Es totalmente gratificante acabar estos partidos, a pesar de que no quieres que acaben nunca por todo lo que disfrutas en el césped, y soltar los brazos, las piernas; soltarlo todo (además de por haber podido celebrar el cumpleaños de mi madre de esta manera tan feliz). Es imposible disimular tal alegría, de hecho ni voy insistir en que desaparezca. Muchísima gente, amiga de lo ajeno y la crítica fácil, aún seguía diciendo que somos el Sant Fost de siempre, el equipo que debe pelear por no quedar último; creo que poco más puedo añadir, aparte de comentar que después de esta victoria nos colocamos en “puestos Champions”. Por eso mismo solo os pido una cosa: SI ESTOY SOÑANDO, POR FAVOR, ¡NO ME DESPIERTEN!