domingo, 15 de julio de 2012

UNA PIZCA DE FORTUNA TAMPOCO VIENE MAL


UNA PIZCA DE FORTUNA TAMPOCO VIENE MAL

Sábado 14 de enero del 2012

Los partidos contra La Llagosta nunca son fáciles; siempre hay tensiones extras e incluso suelen haber trifulcas; la mayor bestialidad que he vivido en un campo de fútbol fue en un partido contra ellos. Íbamos bien mentalizados de que ganarles supondría derrotar a un rival directo. Nuestro objetivo estaba por la zona media-alta; nuestra ilusión, en los tres primeros puestos; la realidad, en el ecuador de la clasificación. Con este partido queríamos dejar atrás nuestra realidad para así poder acercarnos a nuestro objetivo. Gracias a Dios, y nunca mejor dicho, pudimos ganar (1-3).

Aparte del gran acierto que tuvimos ese día, quizás algo de suerte, en lo personal cabe destacar que no hice mi mejor partido. El entrenador sabía de mis molestias que llevaba arrastrando varias semanas, pero que se habían agravado en los últimos días, y supongo que sería ese el motivo por el que no hizo especial hincapié en el partido justito que hice. Pero he de reconocer que hubiera sido justo haberme cambiado antes del descanso. Tras la charla técnica, la segunda parte empezó conmigo en la banqueta. En la celebración de los dos goles que marcamos en el segundo período tuve unas reacciones muy efusivas, sobretodo en el último, en las que me noté que físicamente estaba fatal. Fue un salto y una pequeña carrera, pero me noté algo muy, muy, muy extraño en los abductores. Al terminar el partido, yendo hacia los vestuarios, me tuve que ayudar de un compañero para caminar. Era todo muy raro, en caliente había podido correr, aunque con molestias, pero en frío no podía ni caminar. Ese día pasé una gran tarde celebrando el cumpleaños de un amigo: fuimos al cine y a tomar algo después. Al salir del cine tuve que ayudarme de alguno de mis amigos para poder caminar; estaba hecho polvo.

En cuanto a lo que al partido le confiere, futbolísticamente no fue de los mejores que hicimos, pero, al revés que tantas veces nos ha pasado en nuestra contra, en el minuto veinte ya ganábamos por un gol que vino tras una serie de rebotes. Quizás fue fortuna o quizás fue acierto; lo que está claro es que fue gol. En la segunda parte, la entrada de un compañero nuestro revolucionó el partido y nos lo resolvió con dos grandes chicharros.

En cuanto a la dureza de la que hablaba antes, el partido no estuvo exento, aunque hemos visto cosas peores. Por nuestra parte son remarcables las infracciones de nuestras dos primeras amarillas (una de las cuales fue penalti y, además, se lo paró nuestro portero), tras duras acciones. Por su parte, hubo muchas faltas y juego sucio, pero más moderado de lo que esperábamos. Todo esto y otras feas actitudes desembocaron en un tenso final de partido con dos expulsiones y más amarillas (todas para los locales, excepto una para nosotros).

Y bueno, que tras la temporada que llevamos, con muchos momentos de infortunio, un gol de rebote y dos goles salidos de la nada nos vienen muy bien, quiero decir, que UNA PIZCA DE FORTUNA TAMPOCO VIENE MAL.

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